Sin previo aviso
se abre la puerta, entra una chica rubia, de unos 20 años con un vestido rojo
que deja poco a la imaginación y unos tacones muy altos, enseguida el chico de
mi derecha saca rápidamente el móvil y comienza a fotografiarla, mientras el
grupo de tres chicas que tengo a mi izquierda empiezan a criticar el vestido,
la chica cruza el lugar con paso firme, casi se puede escuchar en su cabeza la
cadena de palabras punta, tacón, punta, tacón… La chica ha captado la atención de
mas de 200 personas que no paran de hablar susurrando lo guapa que es o lo bien
que ha hecho el pase. Yo simplemente bajo la mirada y ¿Sabéis que me encuentro?
Mis apuntes de Marketing.
No, no me
encuentro en la Pasarela Cibeles como muchos pensaréis, me encuentro en la
biblioteca de mi universidad. Yo varias veces me he tenido que salir a
comprobar que en la puerta pone biblioteca
Quizá será por
la caída en picado de las discotecas de atalayas que tienen que buscar otro
sitio para desfilar o ir marcando musculitos, por que los tíos en este juego no
se quedan atrás, ellos se dedican a meterse en camisetas de la talla XS, que desafían
las leyes de la presión que soportan los tejidos. Cuando salgo a comprobar que
no estoy en la Cibeles compruebo de paso que no me encuentro en Embutidos
Manoli, y para mi asombro, sigo estando en la biblioteca


